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CASO 1.ORIENTAR EN RELACIÓN A LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE LA LECTOESCRITURA.

  

Un niño de 10 años que esta en cuarto de primaria con dificultades en los procesos léxicos. Se la ha hecho diversas pruebas como el WISC-R donde su puntuación total en el test es normal pero se ha observado puntuaciones bajas en las pruebas verbales. Lo que se ha observado es que tiene dificultades en los procesos pos-léxicales que intervienen en la comprensión de la frase. En un primer momento se le hacen pruebas para ver si hay un problema de comprensión en la lectura.  En las pruebas se observa que el niño no accede bien al significado de las palabras por lo que se ve un problema en una de las dos rutas de reconocimiento de estas. Ruta léxica o ruta directa, conectando directamente la forma ortográfica de la palabra con su representación interna. Esta forma sería similar a lo que ocurre cuando identificamos un dibujo o un número. La otra, llamada ruta fonológica, permite llegar al significado transformando cada grafema en su correspondiente sonido y utilizando esos sonidos para acceder al significado. Un buen lector tiene que tener plenamente desarrolladas ambas rutas puesto que son complementarias.

El niño tiende a leer más por la vía indirecta que por la directa con la dificultad para leer determinadas palabras que no conoce, las lee mal impidiendo entender correctamente las frases. Cuando la palabra es muy frecuente para nosotros la reconocemos inmediatamente (casa), en caso contrario la decodificamos (elipse).

Los alumnos con dificultades en la ruta visual tienen un número escaso de palabras representadas en su léxico interno y prácticamente tienen que decodificar todo lo que leen, incluso aquellas palabras muy frecuentes que para la mayoría de los alumnos resulta muy fácil. Su dificultad se deriva de no tener automatizado los procesos de reconocimiento global y, gran parte de su memoria operativa, tiene que ocuparse del descifrado. Así, al centrar sus esfuerzos cognitivos en la decodificación, serán los procesos superiores de comprensión los que queden más afectados. La razón no será por su imposibilidad de entender el material de lectura sino por una saturación de su memoria de trabajo (Perfetti, 1985).

La ruta fonológica nos sirve para leer las palabras desconocidas y las pseudopalabras. Esta ruta nos permite llegar al reconocimiento de las palabras a través de transformar cada grafema en su sonido y, mediante la integración de los mismos, acceder a su significado. Por tanto, el niño tendría que leer utilizando esta ruta aprendiendo a realizar las reglas de conversión grafema-fonema. Los niños en la escuela comienza el aprendizaje sistemático de la lectura lo que se está desarrollando es la ruta fonológica (sobre todo cuando se utilizan métodos fonéticos). Por lo que el niño debe tomar conciencia que el lenguaje oral se divide en partes más pequeñas (sílabas y fonemas). En segundo lugar debe asociar unos signos abstractos con unos sonidos con los que no tienen ninguna relación, ya que no hay nada en el signo gráfico que indique cómo debe pronunciarse. Al comienzo de esta etapa, se producen muchos errores de sustituciones de unos fonemas por otros, especialmente en aquellos grafemas que comparten muchos rasgos tanto visuales como acústicos (“b” y “d”, “p” y “q”, “m” y “n”). Y por último, asocia  los distintos sonidos que va obteniendo del descifrado formando las palabras.

A medida que el niño va aplicando correctamente las reglas de conversión grafema-fonema se va encontrando con una serie de palabras que se repiten constantemente (las más frecuentes) y, a base de verlas una y otra vez, las va memorizando y se va formando una representación interna de estas palabras, pudiendo leerlas directamente sin tener que transformar cada letra en sonidos.

Para poder leer es imprescindible conocer las letras. Por tanto, lo primero que tenemos que saber es si el alumno conoce el sonido de todas las letras. Tenemos que conocer los fonemas sabiendo esto podemos observar si tiene conocimiento de la regla de conversión grafema-fonema. Tenemos que comprobar si la dificultad no  se debe a la capacidad del alumno que en nuestro caso se paso la prueba del WISC-R podemos ver que no es esa la dificultad de nuestro alumno al darnos una puntuación dentro de lo normal. Para evaluar el conocimiento fonético se pueden proponer actividades de deletreo de los fonemas de las palabras, contar el fonemas, tareas de rimas, omisión, adición, etc. Para evaluar la ruta fonológica la mejor tarea será la lectura de pseudopalabras, puesto que al no tener una representación interna de la misma, la única forma de ser leídas es mediante la conversión grafema-fonema. En este caso, serán importantes tanto la longitud de las palabras como la complejidad de las estructuras silábicas. Cuanto más largas sean las pseudopalabras mayor posibilidades tendrán para equivocarse. Del mismo modo, cuanto más complejas sean las estructuras, mayor dificultad en el desciframiento.

Las orientaciones que se plantean desde el departamento de orientación son:

  •  Segmentación de la palabra en fonemas.
  •  Conversión de los grafemas en fonemas.
  •  Ensamblaje de los fonemas para formar las palabras.

Las actividades que podemos plantear para poder trabajar y mejorar el problema del niño, este tiene que saber que el habla se segmenta en sonidos y que esos sonidos se pueden representar mediante letras. De manera que una de las tareas por las que se debe comenzar para el desarrollo de la ruta fonológica es la de segmentar el habla, o lo que se ha venido a denominar el desarrollo del conocimiento fonológico. Se recomiendan ejercicios de señalar rimas, presentándole una palabra (por ejemplo “paleta”) para que diga otra que rime con ella (ej. “tableta”) o pronunciándole varios grupos de palabras (ej. nube, sube, tuve) para que el niño descubra su pronunciación que es igual pero se escriben distinto. Todas las tareas de conocimiento fonológico se deben adaptar a las características a sus características para que los ejercicios no sean excesivamente fáciles ni difíciles y, además, se recomienda utilizar la escritura con letras de plástico, ordenador,... como medio para componer palabras a las que añade, quita, cambia o recompone letras. Para el aprendizaje de las reglas de transformación grafema-fonema, nos podemos ayudar de claves que faciliten el establecimiento de algún vínculo entre las letras y los sonidos. Por ejemplo, enseñar la letra “g” a partir del dibujo de un “gato” para que recuerde que esa letra se pronuncia /g/ porque tiene la forma del gato.  

Se suele utilizar la asociación grafema-fonema son aquellos métodos o procedimientos que involucran dos o más modalidades sensoriales como la lectura y la escritura. Se intenta que los alumnos utilicen la vista, el oído, el movimiento y el tacto para asegurarnos la asociación grafema-fonema. Según estos métodos para reforzar la asociación entre el grafema “m” y el sonido /m/, el procedimiento podría ser el siguiente:

1. Presentamos el grafema y lo asociamos con una forma real a la que el grafema pueda semejarse. En nuestro caso la “m” tiene forma de montaña. (Ayuda visual)

2. Decimos el sonido /m/ y lo alargamos para identificarlo mejor. Este sonido coincide con el sonido inicial de /mmmmmontaña/ y buscamos otras palabras que comiencen o contengan el sonido /m/. (Ayuda auditiva)

3. Recorremos caminos en el suelo imitando la forma de “m” y dibujamos en el aire, en la pizarra, en un papel,… la letra “m” nombrando su sonido. (Ayuda de movimiento).

4. Identificamos o diferenciamos sólo por el tacto la forma de “m” de otras formas recortadas en cartón, madera, moldeada en plastilina, etc. (Ayuda táctil)

Otra actividad relacionada con el aprendizaje de la asociación grafema-fonema podría consistir en escribir dos palabras (con letras de plástico, madera, cartón,…) que compartan alguna letra. Se leen en voz alta para que el alumno se dé cuenta de que dos palabras que tienen letras comunes también tienen sonidos comunes. Se le hace ver el sonido de esas letras y después el alumno copia la palabra en su cuaderno nombrando cada letra a medida que las va escribiendo.

 

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